Bernal-Guerrero, A. (Ed.) (2022). Identidad emprendedora. Hacia un modelo educativo [Entrepreneurial identity. Towards an educational model]. Tirant Lo Blanch. 265 pp.
DOI
10.22550/2174-0909.4068
Resumen
Desde hace unos años, en la investigación internacional, ha adquirido notoriedad la expresión identidad emprendedora con el fin de explicar y justificar de manera más adecuada los procesos de emprendimiento. También es cierto que su aparición ha estado vinculada casi en exclusiva al ámbito económico. Esta obra, en cambio, ofrece una perspectiva distinta, acorde al enfoque que da a la educación emprendedora el grupo de investigación que lidera el profesor Antonio Bernal, de la Universidad de Sevilla, y en el que participan investigadores reconocidos de diferentes universidades españolas y extranjeras. Esta visión más amplia del fenómeno emprendedor se asocia a los distintos ámbitos donde pueden darse procesos de emprendimiento, incluyendo sus versiones social y personal, además de la productiva. El libro se enmarca en el proyecto Formación del potencial emprendedor. Generación de un modelo educativo de identidad emprendedora (PID2019-104408GB-I00), que se encuentra dentro del VIII Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2017-2020.
Antes de analizar el constructo identidad emprendedora, en el prólogo de la obra, se advierte de que está integrado en la propia identidad personal. Así, se plantea cómo la identidad personal se construye a través de un proceso social interactivo y evolutivo, en el que interactúan, por un lado, la identidad atribuida, de naturaleza externa, a través de la que los sujetos quieren ser reconocidos; por otro, la identidad reivindicada, de naturaleza interna, en la que los individuos tratan de evaluar el sentido de su propia experiencia vital, así como qué aspectos de su identidad quieren conservar y cuáles pretenden adquirir. Como resultado de esta valoración, se producen crisis de identidad donde las personas tienen que adoptar determinadas decisiones en las que se manifiesta su condición de principio de acción. En este sentido, la actividad emprendedora está asociada a la configuración de la identidad, ya que las diferentes elecciones que se realicen configurarán también la estructura del yo emprendedor.
El proceso emprendedor se antoja complejo, ya que implica desarrollar una identidad emprendedora que va más allá de la mera adquisición de una competencia emprendedora. Esta última integra conocimientos y habilidades orientadas a la acción, a saber cómo actuar, a construir un plan de actuación emprendedor óptimo por cuanto se ajusta a la necesidad demandada por el propio contexto práctico. Sin embargo, no es suficiente con la competencia, sino que esta necesita un motor que impulse la acción emprendedora desde su inicio hasta su desarrollo: el potencial emprendedor, que, al contrario que la competencia emprendedora, no es observable y, por lo tanto, no evaluable de forma externa o pública, ya que no es posible reducirlo a un simple sistema de acciones. La identidad emprendedora se constituye de ambos, competencia y potencial.
El volumen se estructura en tres bloques. El primero de ellos persigue el bosquejo conceptual de un modelo formativo de la identidad emprendedora. Está integrado por el capítulo uno. El segundo bloque pretende indagar en aquellos elementos que integran el potencial emprendedor. Este bloque está integrado por los capítulos dos, tres y cuatro. En tercer lugar, se presenta un repertorio de competencias que configuran la competencia emprendedora. Este último bloque está integrado por los capítulos cinco, seis, siete, ocho y nueve. El segundo y el tercer bloque enfatizan la existencia de dos dimensiones emprendedoras: la competencia y el potencial, que, como se ha mencionado con anterioridad, están interrelacionadas.
En el capítulo uno, el profesor Bernal presenta un modelo educativo de identidad emprendedora: el MEGIE, que sirve de marco interpretativo de referencia para comprender el fenómeno del emprendimiento y desarrollar una acción formadora que se ajuste a él. De forma previa a la orientación del modelo, se justifica la importancia para la sociedad actual de la identidad emprendedora y su complejidad. Asimismo, se analizan las teorías y los estudios científicos que sustentan dicho modelo de manera prioritaria. El MEGIE constituye una innovación teórica en un campo necesitado de modelos formativos capaces de ofrecer una comprensión más completa del fenómeno emprendedor, no limitado al ámbito mercantil o laboral.
El capítulo dos inicia el segundo bloque del libro, que pretende indagar en el potencial emprendedor. En este capítulo, se conceptualiza el potencial como un constructo subyacente mediante el cual los sujetos pueden desarrollar sus propios proyectos de vida. Se revisan instrumentos de evaluación derivados de la literatura científica sobre actitudes emprendedoras para después extraer aquellos elementos que integran el propio potencial emprendedor. En este sentido, destacan actitudes como la creatividad, la innovación, la motivación, el liderazgo, la autoestima… Identificarlas sirve para desarrollar planes formativos que den como resultado un proyecto de vida laboral configurado de forma óptima y significativa. Así, en el capítulo, se presentan diversas estrategias metodológicas para educar el potencial emprendedor, tales como el lean thinking (pensamiento esbelto), el design thinking (pensamiento de diseño), el lateral thinking (pensamiento lateral) o la metodología ágil scrum, entre otras.
En el capítulo tres, la percepción de la autoeficacia se presenta como aspecto clave para la acción emprendedora. La autopercepción de eficacia del yo emprendedor origina una valoración fundamental para facilitar o bloquear el proceso emprendedor. A través de un proyecto de innovación educativa sobre aprendizaje y servicio (ApS) para la adquisición de competencias vinculadas al emprendimiento social de estudiantes de magisterio de la Universidad de Burgos (España), se revela la importancia de la percepción personal de la conducta emprendedora a la hora de realizar planes formativos sobre emprendimiento.
Como cierre de este bloque dos, aparece el capítulo cuatro, en el que se presentan los hallazgos derivados de un estudio empírico desarrollado por distintas universidades españolas. Esta investigación concluye que hay un impacto directo de la familia en la generación y promoción de la cultura emprendedora en jóvenes en la etapa de Bachillerato y Formación Profesional. Los resultados convergen, pues, con estudios previos que evidencian que nuestras creencias y aspiraciones personales se modulan por la interacción con nuestro contexto social directo. Por ello, es necesaria la exploración, de forma prospectiva, de los entornos sociales, en concreto del familiar, para indagar en cómo la intención emprendedora es modulada por otras variables exógenas vinculadas a factores sociológicos o culturales.
Finalizado el segundo bloque sobre el análisis del potencial emprendedor, comienza el tercero, en el que se expone la proyección práctica de la identidad emprendedora: la propia competencia. Así, el capítulo cinco analiza las competencias de gestión en el emprendimiento: liderazgo, gestión del cambio y cultura innovadora. En definitiva, examina cuán importante es la influencia de los líderes para el éxito de otros agentes en la tarea de emprendedora. Además, profundiza en las distintas dimensiones que configuran el liderazgo transformacional de las culturas innovadoras. La conclusión es que, en la cuarta revolución industrial en la que estamos inmersos en la actualidad, el profesorado tiene que mediar en acciones que hagan que sus estudiantes aprendan a aprender y a emprender. Es decir, han de impulsar tareas innovadoras y creativas que sirvan para que sus discentes adquieran conocimientos y habilidades con las que configurar un proyecto de vida ajustado a las demandas reales de la sociedad.
El capítulo seis define el capital social como el componente de la competencia emprendedora de mayor calado. Aborda su origen, su conceptualización, los tipos y las formas de medirlo para luego subrayar la importancia del compromiso de las instituciones y de los agentes educativos como generadores de capital social. Dicho capital, derivado de la red social en la que se sitúan las personas, emerge como una oportunidad para el emprendimiento. En el capítulo siete, se analiza el conjunto básico de atributos psicológicos que integran la capacidad emprendedora del individuo, tales como la inteligencia emocional, la iniciativa personal o la resiliencia, entre otras. Se parte de una laguna formativa detectada en el sistema educativo, que es la ausencia de una formación diseñada y planificada para favorecer el emprendimiento que contemple esta dimensión más personal e interna.
La dimensión empresarial de la acción emprendedora se analiza en el capítulo ocho. En este, se presentan distintas competencias emprendedoras propias del particular entorno institucional de las empresas: la corrupción del país, el idioma o la religión. También se incide en la legitimización social del empresario como una variable que condiciona la dinámica social del emprendimiento. En ese capítulo, se revela que el fenómeno del emprendimiento, desde la visión empresarial, es multidimensional y exige la activación de una competencia holística que integre desde conocimientos de aspectos empresariales hasta competencias para la planificación empresarial, la configuración del plan de negocios y del plan estratégico, la financiación y la innovación.
Por último, cierra la obra el capítulo nueve, en el que se indaga en las competencias asociadas al crecimiento personal. En concreto, se presenta una propuesta metodológica docente a través de la cual se pretende lograr una formación emprendedora integral. La presencia de la educación emprendedora en el currículo es clave para el alumnado, ya que lo prepara para la sociedad en la que está inmerso a través de proyectos de vida originados en nuestra cultura. La cultura emprendedora no puede ser relegada, sino que su promoción es un reto para el ámbito de la educación en aras de favorecer el desarrollo óptimo personal, social, intelectual y moral de todos los individuos.
Para finalizar, y en palabras del coordinador, Antonio Bernal-Guerrero,
esta obra trata de contribuir al desarrollo del debate en torno a las virtualidades que encierra la educación emprendedora que, después de un recorrido de más de dos décadas, reclama modelos susceptibles de comprender mejor el proceso de formación de la intención emprendedora […] para ensanchar el horizonte de posibilidades de crecimiento individual y social. (p. 21)
Por tanto, interesará en especial a todas aquellas personas centradas en el conocimiento de la educación emprendedora y su alcance, pero también a quienes sienten inquietud por la formación de los procesos que configuran la identidad personal.
Jesús Conde ■
Citación recomendada | Recommended citation
Conde, J.
(2024)
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Bernal-Guerrero, A. (Coord.) (2022). Identidad emprendedora. Hacia un modelo educativo. Tirant Lo Blanch. 265 pp..
Revista Española de Pedagogía, 82(288).
https://doi.org/10.22550/2174-0909.4068
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