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Diseño y desarrollo del currículum

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Cantón Mayo, I. y Pino Juste, M. (Coords) (2011).
Diseño y desarrollo del currículum.
(Madrid, Alianza). 371 pp

Resumen

Surge esta obra como un instrumento de información y formación para estudiantes y profesionales de la educación y para el lector especializado que quieran ahondar en las claves de la programación didáctica, en el ejercicio de las competencias docentes y en la dinamización del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Concebido y abordado con rigor, participan reconocidos académicos de distintas universidades que, con la coordinación de Isabel Cantón Mayo y Margarita Pino Juste, desarrollan ideas que se han ido vertebrando hasta conseguir la concatenación de los elementos integrantes del currículum bajo distintos enfoques, marcos teóricos y corrientes de pensamiento.

El libro está organizado en 13 capítulos y, a su vez, se puede estructurar en dos sectores. Una primera parte de tipo conceptual y una segunda parte donde se ejemplifican unidades didácticas.

Es así como, en los doce primeros temas se exponen los fundamentos teóricos que estructuran los diversos espacios curriculares, abordando el análisis de los elementos que integran una programación didáctica, su secuenciación y desarrollo. Ofreciendo ideas, principios y reflexiones que junto a la praxis servirán de orientación al lector.

En el primer capítulo José Tejada Fernández precisa el concepto de didáctica en una doble vertiente etimológica y léxica, fijando límites con términos como: enseñanza, aprendizaje, instrucción y formación.

Enfatizando, en todo caso, el rol docente basado en el compromiso con lo educativo y con la técnica didáctica. Por lo que cobra sentido la dimensión aplicada pero integrando el marco teórico, tecnológico y artístico para no caer en el riesgo de convertir la didáctica en una dimensión meramente instrumental. Así mismo, establece una aproximación entre didáctica y currículum al concebirlos no cómo conceptos con delimitaciones férreas sino como la confluencia en “un proceso de mestizaje que potencia la interconexión de los mismos, buscando coincidencias y apuntando los matices diferenciales” (p38).

En el segundo capítulo Julia Crespo Comesaña, realiza un análisis en torno al concepto de competencia docente y reflexiona acerca de los campos competencia- les que permiten optimizar el desempeño del acto educativo y que todo profesional de la enseñanza debe adquirir y desarrollar. Para esta autora “las competencias estarían en relación con las estructuras cognitivas de las personas y, por tanto, tendrían que ver con sus esquemas, que son las herramientas a través de las que filtramos, interpretamos y resolvemos los problemas” (p44).

Las teorías y modelos curriculares son el objeto de estudio de Reyes Hernández Castillo y F. Javier Murillo Torrecilla en el tercer capítulo. Dan cuenta de cómo determinadas corrientes han influido sobre el desarrollo del currículum escolar. Ello responde a la necesidad de fundamentar la actuación del profesor para no caer en la improvisación pedagógica. Así a través de la visión de diferentes teorías pretende provocar “la reflexión sobre todos aquellos conocimientos, destrezas, actitudes y valores que se adquieren mediante la participación de procesos de enseñanza-aprendizaje y la toma de decisiones que se hacen sobre él” (p72). Con el fin de contemplar la teoría como fundamento de una praxis docente que lleve a la verdadera educación integral del alumnado.

En el cuarto capítulo, Ramón Pérez Pérez centra su línea de investigación en la definición de currículum y en el establecimiento de fronteras conceptuales con respecto a términos afines. Justificación, función y componentes que configuran el diseño curricular también son objeto de análisis. Todo ello sin perder de vista la importancia de llevar a cabo un “proceso continuo de indagación y reflexión, integración y contextualización” (p95). Poniendo así de manifiesto la intencionalidad de la acción educativa y la complejidad del proceso.

En el capítulo quinto, Roberto Baelo, Ana Rosa Arias y Victorino Madrid analizan los niveles de concreción curricular centrándose especialmente en la programación y en los elementos integradores de las unidades didácticas, reivindicando el compromiso de los agentes educativos. El rigor científico les ha llevado a la selección de un copioso marco legislativo que le da soporte y basamento al estudio.
Ma Luisa Sanchís Ruiz en el capítulo sexto analiza los aspectos curriculares comunes y diferenciadores de cada una de las tres etapas de la Educación Obligatoria: Educación Infantil, Educación Primaria y Educación Secundaria Obligatoria. Incluye el tratamiento de constructos como la programación, estrategias docentes y metodología entre otros, señalando con acierto que “cuantas más luces encienda el docente más iluminada estará su clase” (p134).

A lo largo del capítulo séptimo, Isabel Cantón Mayo avanza en el campo de las competencias en tanto que las define, las clasifica y las describe. Así mismo, aborda los objetivos de aprendizaje otorgándole un carácter “orientador del diseño de los contenidos y las actividades, además de servir de referencia para la evaluación del proceso del alumno respecto a los aprendizajes” (p.157). En su opinión, los objetivos constituyen una vía para el progreso integral del individuo y contribuyen a la adaptación a nuevas situaciones. De ello se deriva la importancia de su adecuada formulación, selección y secuenciación.

En línea con lo anterior, la temática que guía este octavo capítulo elaborado por Bautista García Bera aborda el proceso de selección y secuenciación de los contenidos bajo los principios de justicia social y contextualización como forma de prevenir desigualdades socio-culturales y de garantizar la igualdad de oportunidades. “En un país democrático la elección de contenidos debe recoger las necesidades comunes de toda la diversidad de alumnos y alumnas que configuren la comunidad educativa” (p 172). Bajo el mismo enfoque de descripción analítica habla de la necesidad de la formación docente en la selección, secuenciación y contextualización de los contenidos.

Primitivo Sánchez Delgado, en el capítulo noveno, nos conduce en el recorrido teórico, epistemológico y metodológico por el cual es necesario transitar en el adecuado desempeño de la profesión docente. Así mismo, se ha prestado especial atención a la descripción y análisis de distintas estrategias didácticas: detección de ideas previas, aprendizaje cooperativo y aprendizaje basado en problemas, entre otros.

En el capítulo décimo, Domingo Gallego Gil y Catalina Alonso García, señalan la importancia de enseñar con los medios y recursos didácticos y exponen un modelo taxonómico en el que recogen distintos materiales, así como sus características principales, usos y funciones. Los medios están presentes en la vida diaria, y particularmente deben estarlo en el contexto educativo “el maestro no puede permanecer ajeno al papel de los medios que actúan de filtro, selector y amplificador de ideas y noticias” (p217). Ello supone para el docente desarrollar destrezas comunicativas y técnicas, así como preparar oportunidades de aprendizaje y estimular el deseo de aprender.

Manteniendo la coherencia y secuenciación que caracteriza el libro, en el capítulo décimo primero Manuel Area Moreira realiza una aproximación al concepto de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) así como, de su uso y funciones. Consciente del desafío que están planteando en el campo educativo sostiene que deben formar parte de los medios habitualmente disponibles en los centros, hecho que “implica nuevas formas de organización y procesamiento del conocimiento más flexibles, interactivas y que reclaman, a su vez, nuevos modelos de enseñanza y de materiales didácticos” (227)
En una primera aproximación, Margarita Pino Juste en el capítulo décimo segundo, define operativamente la evaluación como “una oportunidad para conocer y adoptar decisiones que conduzcan a la mejora del rendimiento” (249). Seguidamente, en un plano más descriptivo, acerca al lector los tipos y funciones de la evaluación, así como a los procedimientos y criterios aplicados. La evaluación -señala- debe planificarse para obtener una información rigurosa que permita dar validez y fiabilidad a los resultados, “ya que muchas veces la calificación realizada por los profesores genera perjuicios” (p248). En modo alguno debe convertirse en un elemento de exclusión y estigmatización del discente.

Este corpus teórico finaliza con unas propuestas formativas en el marco del desarrollo de cuatro unidades didácticas destinadas a aproximar el quehacer profesional al lector. De esta forma, Teresa Domínguez y Margarita Pino al igual que José Vázquez e Isabel Cantón centran la praxis en la etapa de Educación Primaria. Por su parte, Ricardo Gago elabora una unidad didáctica orientada a la Educación Secundaria Obligatoria. Finalmente Elena Martín y Beatriz Rodríguez detallan un plan de trabajo dirigido a los alumnos de la Escuela Oficial de Idiomas.

Así, a lo largo de estas páginas podemos compartir los aciertos de una publicación cuya intención de allegarnos al campo de la práctica educativa es alcanzado con rigurosidad y seriedad, reforzando el carácter funcional de su contenido. Es una invitación a la formación y a la reflexión.

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