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DOI

10.22550/2174-0909.2860

Resumen

Hoy resuenan los versos del poeta andaluz cuando en sus Proverbios y cantares es­cribía «Todo pasa y todo queda». No hay ninguna duda de la huella indeleble que el profesor José Antonio Ibáñez-Martín ha dejado en la Revista Española de Pedagogía (REP), tras cuatro décadas de dirección, en los últimos años acompañado del profesor Gonzalo Jover. Una dirección que ha venido caracterizada por un ingente trabajo, la alta calidad y rigor en la selección de los artículos, el cuidado en la edición, la visibilidad de las investigaciones como motor del avance del conocimiento y la comunicación científica, y la mirada puesta en las cambiantes exigencias del ámbito académico que requieren una apertura a la innovación al tiempo que se mantienen las esencias de lo académico.

Durante este tiempo hemos sido testigos del fulgurante camino por el que han transi­tado las revistas científicas y los significativos cambios que han supuesto para el queha­cer de los investigadores, especialmente en el ámbito de las ciencias sociales. En efecto, puede decirse que hoy ocupan un lugar central —si bien no el único— en el avance del co­nocimiento y conforman comunidades académicas en torno a ciencias, disciplinas, áreas, ámbitos o incluso temáticas específicas que han desarrollado normas, hábitos y hasta valores que distinguen unas perspectivas de otras sobre el sentido y modos de proceder en la investigación científica.

Hasta ahora, autores, lectores y miembros del Equipo Editorial de la REP han en­contrado en ella un lugar al que acudir para publicar sus trabajos, enriquecer sus cono­cimientos o dedicar su tiempo muchas veces escasamente recompensado. El peso de sus escritos, de su mirada intelectualmente curiosa y del denodado trabajo editorial cae hoy sobre nosotros.

El nuevo equipo a cargo de la dirección de la REP es consciente no solo de la respon­sabilidad y el compromiso de seguir manteniendo la revista como uno de los referentes en el ámbito educativo, sino también de ayudar a que siga escribiendo historia y sea un referente dentro del debate interdisciplinar que exige la educación en la actualidad. Ello, desde la excelencia y calidad editorial que una revista científica debe tener en nuestros días, y la capacidad de renovarse y vislumbrar nuevos horizontes para cumplir de manera óptima con su misión de servicio, sin perder de vista aquellas señas de identidad que la han convertido en lo que hoy es la REP.

Sería ingenuo pensar que el trabajo que tenemos será sencillo. No lo será, pero si algo tenemos claro es que confiamos en seguir contando con los lectores y autores que ya nos conocen y los nuevos que esperamos lleguen para cumplir con todo lo hasta ahora expuesto, en esta nueva etapa de la REP.

Reiteramos nuestro profundo agradecimiento a los catedráticos José Antonio Ibáñez- Martín, director de la REP, y a Gonzalo Jover Olmeda, director adjunto, por el exce­lente trabajo al frente de esta revista, y por estar a la altura de lo que la Historia les ha encomendado. Esperamos cumplir las expectativas académicas que tendremos, como responsables académicos de la REP: continuar el legado de lo ya hecho, promover el mo­vimiento de la rueda que tiene la revista y mantener vivo el objetivo de esta publicando originales que «ayuden tanto a iluminar las distintas dimensiones de la acción educativa como a ejercer una práctica profesional más humanizadora, más crítica y más eficaz».

Elias Said-Hung y Juan Luis Fuentes

Directores de la REP

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